Cuando eres uno de los deportistas más grandes de la historia del deporte es normal que todas las miradas estén centradas en ti y con cada cosa que se haga sea buena o mala se escriban ríos y ríos de tinta. Con ésas, todo el mundo deportivo tenía los ojos puestos en Michael Phelps y si podría cosechar otra ristra de medallas y así coronarse como el más grande en la historia de los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Lo cierto y verdad es que hasta ahora no está mostrando el nivel que se presuponía. Son varias causas que se pueden barajar para que el Tiburón de Baltimore no esté rindiendo a su altura.
Una de ellas puede ser la escasa preparación, no hay que olvidar que Michael Phelps empezó a preparar la cita olímpica hace escasos cuatro meses, periodo que puede resultar relativamente corto para una competición de tal magnitud. Eso sí, durante este tiempo a Michael Phelps le dio tiempo a ganar en dos de los tres Trials que disputó días antes en EE.UU a su enemigo dentro de la piscina Lochte.
La falta de motivación, y ésta puede ser una clave, es otra de las razones por las que Phelps no "vuele" sobre el agua. A sus 27 años, el laureado nadador ya ha ganado todo lo que un deportista de esta disciplina puede ganar. 14 oros, una plata y un bronce es el bagaje en sus Juegos Olímpicos más que suficiente para demostrar que es el Neptuno de la piscina. Es sabido que todo deportista que es el mejor en su disciplina y no encuentra a nadie que le pueda arrebatar sus títulos tiende a relajarse. ¿Se habrá cansado de ganar el estadounidense?
La irrupción de su compatriota Lochte tiene también mucho que ver con el bajón del "tiburón de Baltimore". El nadador estadounidense con 28 años ha demostrado a Michael Phelps que no está tan sobrado físicamente cómo él pensaba y le ha rebatado la medalla de oro en los 400 metros estilo, y todo hace indicar que lo hará en alguna que otra disciplina.
No hay que olvidar que en el año 2009 el News of the World sacó a relucir unas fotos en las que se mostraba al nadador fumando en pipa marihuana. Algo que le hizo hasta replantearse su futuro en aquella época. Su entrenador llegó a decir que esa mancha la llevaría de por vida en su cabeza.
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