miércoles, 9 de mayo de 2012

HISTORIAS DE LAS MADRES DE LOS DEPORTISTAS QUE VAN A LOS OLÍMPICOS


Como sus hijos, ellas son olímpicas, enérgicas y guerreras.

Por estos días, ven titulares de prensa con las fotos de esos deportistas a los que les dieron la vida y muchas tienen armados álbumes con retazos de papel. Recuerdan que los han visto cruzar metas, romper récords y, ahora, clasificar a los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Y se hinchan de orgullo, con la satisfacción de haber criado a campeones.

Su labor es silenciosa y entregada. Sus hijos dicen que ellas son su polo a tierra, que en ellas está la fortaleza y la virtud que esperan replicar. A ellas dedican sus triunfos. Dicen, además, que esperan darles una buena vida y devolverles el mismo amor que ellas les entregaron. Y todos coinciden en que gracias a ellas son deportistas de talla mundial.

Por eso, en esta edición, queremos rendirles este homenaje. Para todas las mamás que han entregado, amado y vivido, feliz día.

Jeisson Monroy, boxeador en la categoría de los 81 kilos (semipesado).

"Mi mamá es hermosa, es la mejor mamá del mundo. Me gusta enterarla de lo que hago, que se enorgullezca de mis triunfos y que se involucre en mis logros. Ha sido una gran mamá, la quiero mucho y siempre espero que esté bien".

Nohora Ángela Varela

"Recuerdo su primera victoria. Fue en Francia y yo no pude verla en vivo, pero sentí tanta felicidad cuando supe que ganaba un premio internacional... Nada se compara con ese sentimiento. Verlo convertido en lo que siempre quiso, en alguien responsable, que se supera a sí mismo. Nosotros no teníamos mucho para sacarlo adelante, más que el apoyo constante. Pero nos demostró que lo que se propone, lo logra.

Verlo competir es difícil. Veo los combates y quiero que terminen rápido para que no le pase nada. Claro, Jeisson es subcampeón internacional y eso me da confianza. Su carrera me ha dado mucha alegría. Me enseñó a estar avanzando siempre, a buscar mejores oportunidades cada vez y a no dar nada por sentado".

Mariana Pajón Londoño, ciclista colombiana, piloto de BMX.

"Mi mamá es una persona ejemplar, grandísima, con cosas lindas para mostrarle al mundo que me ha hecho lo que soy".

Claudia Londoño

"Cuando Mariana empezó en bicicross era muy niña. Tenía 5 años en el momento en que concursó contra una cantidad de niños, todos hombres, y les ganó. Ahí supe que ese sería su futuro. Hasta ahora he hecho la labor de cualquier mamá: acompañarla en su estudio, darle lo que esté a mi alcance y apoyarla en el deporte. Y eso no ha sido un sacrificio, pero sí una responsabilidad gigantesca. Pero también es cierto que todo vale la pena. En su carrera ha habido momentos importantes: cuando fue colombiana ejemplar en Medellín. Eso fue muy bonito. Y, por supuesto, cuando ganó el año pasado en Dinamarca. Era el paso de Mariana a la élite y todos estábamos a la expectativa porque se había dado tremendo golpe. ¡Pero la vi ganar! La vi superar a todos y tuve la fortuna de estar con ella en Dinamarca. Después de la carrera, con un oro en su cuello, le pude sobar el golpe".

Paulo Villar, atleta campeón de los 110 metros vallas.

"Mi mamá es una persona sensible y a la vez tiene la gran virtud de ser poco egoísta. Representa el sacrificio de una madre por sus hijos y es capaz de hacer cualquier cosa por nosotros".

Daisy Nieto

"Paulo es consentido. ¿En el colegio? Era el más pícaro. Hacía hasta pa' vender; me llamaban por sus desórdenes. Desde 'pelao' le gustó el deporte, empezó en fútbol, pero una vez el entrenador me le pegó con una varita y él no fue más. Luego le gustó el atletismo. Era muy bueno.

Se hizo famoso hace años, cuando fue campeón de los intercolegiados. Mi hijo tumbó una marca que estaba establecida hacía 38 años. De ahí en adelante, ¿qué nos quedaba si no estar ahí, apoyarlo y sentirnos orgullosos? Hasta hoy me siento orgullosa, es algo que no se puede contener. Y no crea que las lágrimas son de tristeza, es más bien que repaso la vida de mi muchacho y, aunque yo sabía que él iba a llegar lejísimos, no me imaginé hasta dónde. Han pasado tantos años... Y aquí estamos. Este es su tercer Olímpico. Tiene 34, pero todavía veo al 'pelao' samario rebelde, al terco que me peleaba, pero me escuchaba".

Angélica Hernández, defensa de la Selección Femenina de Fútbol.

"Mi mamá se convirtió en una inspiración para mí. La amo y es fundamental en mi vida".

Rosalba Hernández

"Desde el primer momento en que Angélica se dedicó al fútbol y dijo que eso quería hacer en la vida, me sentí orgullosa. Ella, en un mundo de hombres, triunfó.

Creo que para un deportista es fundamental el apoyo y he hecho lo posible para que se sienta así. Si llueve, llego con paraguas, le empaco un impermeable y le tengo lista ropa de cambio. Cuando hace sol, le recuerdo que debe usar bloqueador: esas cosas se le olvidan.

La rutina de Angélica es dura: debe responder en el colegio, en entrenamientos y actividades extracurriculares. Tuvo que aprender a manejar el tiempo con disciplina.

Pero ahora, para mí es un orgullo ver su dedicación y lo que ha logrado. Angélica se va en agosto para Ohio, en Estados Unidos, becada por la Universidad de Toledo. Ahí es cuando uno piensa que el apoyo sirvió. Y saber que se va para los Olímpicos de este año me llena de felicidad.

Ella se va y es necesario prepararse para la lejanía, pues me preocupa que esté bien. Lo más importante es que sea feliz con lo que hace y con esta carrera que escogió. Estoy segura de que anda por el camino correcto".

Jorge Hugo Giraldo, gimnasta campeón suramericano en el 2010 y campeón en los Juegos Centroamericanos y del Caribe.

"El apoyo de mi mamá es fundamental para ser el gimnasta que soy ahora. Creo que su compromiso se refleja en mí. Si yo no hubiera sido deportista sino otro tipo de persona, igual ella me acompañaría en todo".

Olga Lucía López

"¿Sabe que hay un coliseo en Medellín que se llama Jorge Hugo Giraldo? Cuando lo inauguraron fui a la ceremonia y sentí mucha emoción. Lloré de la alegría, porque ver ese reconocimiento tan grande para nuestro hijo no tiene precio.

Desde el principio lo apoyamos. Hicimos un esfuerzo para darle los pasajes que necesitara a la hora de sus torneos. Rendíamos lo que ganaba mi esposo y todo salió bien. Y el apoyo siguió así, alguna cosa que dijeran en la Liga, una reunión, estuvimos pendientes.

Jorge tuvo una crisis en su adolescencia. Un día me dijo: "mamá, yo quiero la gimnasia, pero me retiro". Habían cambiado a su entrenador y no iba bien con el nuevo. Yo le dije que no se rindiera, que ya había ganado una medalla y se arrepentiría si lo dejaba tirado. Él escuchó. Un entrenador diferente se encargó de él. Y las cosas pasan por algo, pues llegó muy lejos.

Cuando se va de viaje le deseo lo mejor. Lo más importante es que no le pase nada, porque me da miedo: otros compañeros de la selección Colombia quedaron inválidos. Y claro, cuando escucho que ganó medalla me dan ganas de llorar, siento una emoción por dentro que no puedo describir. Ver que un hijo mío salió adelante por su dedicación y disciplina me llena de orgullo.

Para sentirme más cerca de él escucho una emisora de deportes. Ahora lo nombran todo el tiempo".

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